Picardía Mexicana

Como les va? Pues aqui, estoy, una vez mas detras de la pantalla de mi compu listo para publicar algo mas. Y bueno, con la novedad de que han acabado mis examenes (para bien o para mal...) y que me acabo de cortar mi cabello. Y es aqui donde recae gran parte de mi anecdota de hoy. Estaba ahi yo dejando que el maestro peluquero ejerciera su oficio mientras escuchabamos las noticias en la radio, y ya saben, cosas no muy alentadoras en todo el mundo. Y asi pasaron unos 10 minutos cuando comenzo la seccion deportiva con la noticia de que MARADONNA ES ENTRENADOR DE LA SELECCION ARGENTINA. En su tiempo, no pude expresar mi opinion sobre cuando Hugo dirigio al tri, pero en esta ocasion lo hago, y lo primero q vino a mi mente, y con los riesgos que conllevara esto, es decir que argentina va a ganar el Mundial en Sudafrica.

Y que si no? Pue solo sera un pronostico mas fallido, pero si no, saben que yo lo predije primero...


Bueno, ya en otras cosas, un amigo me pidio que publicara una cronica de el. Pronto le abrire su blog, pero mientras aqui esta.


Picardía Mexicana

Por Antonio Vázquez Guízar


Generalmente, pensar en el día lunes, causa en mi el mismo efecto, que el que tiene una quinceañera al enterarse que espera un pequeño vástago antes de la fiesta de quince años ósea, en pocas palabras y para no verme tan adornado, no me place en lo más mínimo la llegada del lunes.
Sin embargo el próximo “San lunes” es ni mas ni menos que quince de septiembre, día de la independencia, por lo cual llegan a mi pensamientos que hacen que mi cuerpo se exalte de emoción cual puberto en table dance. Y ¿Por qué no emocionarme?, si es el único día en el que todos se pintan la sangre en tonos verdes, blancos y rojos, el orgullo por tener entre las venas sangre azteca sale a relucir más que nunca.
No nos avergüenza en lo más mínimo ser descendientes de Moctezuma o Cuauhtémoc (bueno, depende de que Cuauhtémoc estemos hablando), al contrario, nos da harta alegría ser prietitos color de llanta.
Las calles son de lo más curioso y humorístico. Que chavo del ocho ni que Cantinflas, si uno quiere morirse de risa vasta con darse una vueltecilla montado en cualquier pesero, de cualquier ruta, con cualquier chofer (total casi todos son igual de galantes y educados), para ser espectador de un show místico, mágico, musical, donde cada parada de semáforo vemos tipos muy elegantes y bien hablados, exhibiendo tamaño banderotas, que el mismo “Pipo Calderas” quisiera para zangolotear en el Zócalo.
Las colonias parecieran estar repletas de jugadores del tri de mi corazón, pues hay bastantes playeras verdes y blancas por doquier, claro, no falta el despistado que se siente bien mexicanote por traer la playera de las Chivas.
Y que decir de los puestos de garnachas que se ponen más grasientos y sabrosos por estas épocas, no´más de pensar se me hace agua la boca. Tacos de tripa, pozole, pambacitos, quecas, de todo a pesar de esto, sigo sin explicarme por que somos el segundo país con más gordos y obesos en e l mundo.
Y la época no podría estar completa sin un pequeño, pero relevante detalle, el Tequila. ¡No señores!, nada de “Wiskei” o “bodca”, el tequila es el mero mero. Y pues como no, si hay que actuar al mismísimo estilo de Peter Infante o de George Negrete, agarrar valor con un sorbete de la peligrosa bebida, y po´s ya entonada la cosa echarse un gorgorito.
Pero pues con eso de la globalización y la dominación de los gringos locos a los Mexican Power, no falta el intelectualoide, farolón como yo prefiero nombrarlos, que se ambientan la puntada de “me pasa el tequila, plis” y para acompañar la bebida una rica pizza pero eso si, a la mexicana.
El mero día de la pachanga viene lo mejor de la fecha. La familia se junta, los pequeños truenan cohetes, las mamás, tías, primas y todo el genero femenino junto, andan de arriba pa´ abajo cual hormigas en hormiguero (lo bueno es que ha e igualdad de géneros y ya somos libres), los tíos recuerdan que son compadres, y si no lo son, pues se inventan compas por doquier; vaya, hasta el perro ya les anda bautizando al chamaco. Los jovenazos y puber´s, comienzan a tener sus primeros encuentros cercanos con el néctar del agave, ya sea con permiso de sus padres o robándose las pequeñas sobras, aprovechando su estado, por así decirlo, alegre.
En esta celebración, todo es permitido: jóvenes ebrios, salas orinadas, mujeres casi esclavas, compadres protagonizando pleitos que se acercan a dramas épicos como “Mujer casos de la vida real” y que el mismo Shakespeare envidiaría. Pero para que profundizar todo, todo, todo es permitido. ¡Ah!, pero como en toda familia y en toda reunión, nunca falta es escuincle curioso, que influenciado por los anuncios de la tele o por su miss de la primaria, se avienta la puntada de preguntar ¿Qué es la independencia?...silencio total, a lo lejos se escuchan grillos y búhos, se ve pasar la clásica ramita con forma de esfera que nunca falla en las películas vaqueras, el clima se vuelve tenso, frio… ¡ZAZ! , se escucha un coscorrón que corta el ambiente, y el tío que parece maestro Miyagi, no por lo sabio si no por lo ridículo, contesta “pues fue cuando el ruco ese pelón dijo que no, que acá, que ustedes son los dueños del changarro y les están viendo la cara de tarugos y que no, que esto que el otro y que el resto….pero eso vale madre, lo que importa es festejar… ¡salud!
Es así como entre albures risas y cantos rancheros se nos alborota la simple y mera idea de un solo día que somos muy mexicanos, que importa tirar basura en su lugar, respetar la igualdad de género, luchar por un México libre de delincuencia…. ¡Que va! Lo que verdaderamente importa es oír al cabrón presidente decir, ¡viva! mientras como borregada, le seguimos en grito de júbilo y por otro lado nos morimos de hambre. Pero ese ¡viva nuestra independencia!, es nuestro grito de arranque para iniciar nuestra fiesta muy, muy mexicanota